Historia
En 1992, en plena efervescencia de la Olimpiada, la Expo, el Ave y el desarrollo de la España moderna, un pequeño grupo de empresarios locales crearon un proyecto destinado a la promoción de suelo residencial en un lugar privilegiado, a caballo entre los términos municipales de Jábaga y Chillarón, conscientes de la tendencia de los conquenses a valorar la vida en contacto con la naturaleza, pero cerca del casco urbano de la capital conquense.
A la sombra del Pinar de Jábaga, asomada al valle del río Chillarón, se desarrolló el Señorío del Pinar, más de trescientas parcelas dotadas de todos los servicios urbanos, preparadas para la llegada de las nuevas posibilidades tecnológicas, y con unos términos de edificabilidad que la convierten en la mejor urbanización y riqueza natural de la zona, los servicios municipales que recibe y el esmerado diseño ubano, que huye de la aglomeración y prima el espacio, la originalidad y el esparciamiento.
Tras varios años de conformación definitiva, el municipio recibe la urbanización en el año 2000, y con ellos, asume la gestión de servicios municipales con plena responsabilidad y capacidad.
Jábaga contaba así con el primer proyeto ordenado de urbanización de su término municipal más allá del casco urbano, desde que en 1995 comenzaron a levantarse las primeras edificaciones. Para la normalización del servicio postal, toda la urbanización se incluye en el código postal de nuestro municipio. Desde el año 2008 ha sido incluida por la Diputación Provincial como núcleo en las inversiones de sus planes provinciales.
Un barrio, pues, integrado en la vida de Jábaga, con participación activa en la gestión municipal y que aporta a los dos términos más de trescientas familias, vecinos de nuestro término que enriquecen a Jábaga, y que junto con el Pinar de Jábaga, conforman un gran pulmón verde, al que entre todos tendremos que respetar y cuidar, dando servicios y atención.