Para un Ángel, el escenario era perfecto porque el cielo nos dio color y, la atmósfera, un chorro de nubes altas por las que se colaba la luz del sol que iluminaba, de forma especial, el mosaico inaugurado el pasado día 30 de Septiembre con la presencia, inolvidable, de Ruth Ortiz, Marianela Olmedo, Olga Oksrynska y María Chamón que, en esta ocasión, fue la encargada de enseñárselo al Padre Ángel García, fundador de Mensajeros por la Paz, poco después de que el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia pisara suelo de Jábaga en donde fue recibido, entre otros, por el alcalde, José Luis Chamón, miembros de la Corporación Municipal, el subdelegado de defensa Ángel María Cantera, el diputado de Cultura Francisco Doménech y la directora provincial de Cultura, María Ángeles Martínez, sin olvidar el abrazo, largo, con el que la familia Senís recibió al padre Ángel del que son amigos desde hace más de cincuenta años.
Ya, en el Salón de Plenos, perfectamente acondicionado para el acto y con gran afluencia de público, el alcalde de Fuentenava de Jábaga agradeció la presencia del padre Ángel. “Es una satisfacción tenerle entre nosotros, recibirle en este Salón de Plenos de un municipio humilde que, sépalo, tiene cinco núcleos de población: Navalón, Villar del saz de Navalón, Sotoca, Fuentesclaras y Jábaga más la urbanización Señorío
del Pinar y Pinar de Jábaga”, dijo el alcalde José Luis Chamón para resumir a continuación, brevemente, los 46 años de historia surgida por la necesidad de compartir servicios y otros tantos por mantener el sentimiento de unidad. El alcalde recordó igualmente que, si bien estaba prevista la asistencia del padre Ángel el pasado día 30 en el acto de homenaje a las víctimas de la violencia de género, al que no pudo asistir, “se cumple hoy, por fin, nuestro anhelo de tenerlo con nosotros aquí, en Jábaga, en donde quiero anunciar que sí se celebrará el primer Memorial de las Victimas contra la violencia machista y en memoria de los niños que ya apoya el Gobierno de España y al que se ha sumado, ya, el Ayuntamiento de Cuenca”.
El padre Ángel recibió regalos por parte del Ayuntamiento de Fuentenava de Jábaga y el reconocimiento “con todo el cariño, respeto y humildad por sus méritos personales -que son muchos- y por la dedicación que ha tenido en este caso con los familiares de las dos víctimas en Cuenca, Marina y Laura, esta ultima de Jábaga.
El siguiente turno en tomar la palabra fue el de María Chamón, madre de Laura del Hoyo. “Es un orgullo para nosotros que esté en mi pueblo apoyando, estando con las familias y, mucho más, en la memoria de las víctimas de violencia de género. Ojalá que algún día encontremos esa hermosa palabra de tres letras: Paz, porque solo sabemos del dolor y la desolación causada ante tanta maldad. Lo sabemos los que tenemos que vivir día tras día con la pérdida de una hija”, dijo María Chamón. “Tengo que decirle que la grandeza de una persona se mide por lo que lo que da y, en eso, usted padre Ángel, es muy grande ayudando a los más necesitados, a los refugiados, a los sin techo. Usted es un sacerdote, un padre de verdad. Siempre le llevamos en el corazón por su cariño y sencillez. Y si algún día recibimos las tasas de los juicios, ese dinero irá íntegramente a Mensajeros de la Paz. Le queremos de corazón. Gracias por estar aquí y que nunca haya más muertes ni más violencia” terminó diciendo la madre de Laura del Hoyo al tiempo que le hacía entrega de una placa de reconocimiento.
El padre Ángel comenzó recordando palabras del papa Francisco. “Dice el papa Francisco que no nos acostemos sin esas palabras mágicas: perdón, te quiero y gracias. Y hoy, de una manera especial porque muy pocas veces hay actos tan ricos y humanos como este. Por eso, gracias a vosotros porque uno se siente acogido en un Ayuntamiento que es, como nuestra iglesia, la casa de todos. Decirle desde aquí, a las familias, que desde el primer momento sentimos el dolor de las personas. Que su dolor nos duele en el alma y que esperamos ver, cada vez más, un mundo solidario e inclusivo en el que vivir”.
El padre Ángel recordó cómo, en la tarde de ayer, oficiaba una misa en memoria de Alicia, la mujer de 65 años que se suicidó en Madrid cuando iban a echarla de su casa. “Celebramos una misa en San Antón por Alicia, que se había suicidado cuando unos agentes mandados por mandatarios la desahuciaban y se tiró. Mi sorpresa es que no tenía nada, pero iba a nuestra iglesia a llevar ropa y comida. No tenía para pagar y sin embargo, sus gestos eran solidarios. Son gestos de los que uno se tiene que sentir orgulloso y feliz como estar aquí, en Jábaga. Actos solidarios, ricos e íntimos” dijo el padre Ángel al tiempo que le entregaba al alcalde esa pequeña figurilla, “el Banco Solidario” diseñado por el papa Francisco, que representa a un indigente durmiendo en un banco al que se acaba de posar una paloma blanca. “Un acto , ante una persona sin hogar, ante un niño, ante un indigente en el que nos debemos poner de rodillas”, dijo.
Tras firmar en el Libro de Honor y dejar constancia fotográfica de su presencia en Jábaga, la comitiva se dirigió a la iglesia parroquial en donde tuvo ocasión de contemplar sus restos góticos exteriores y ya, en su interior, la talla de la Soledad y lo que comienza a ser la realidad del museo parroquial.