Maite Saiz, pregonera de Navalón. Necesito parar, descansar, disfrutar, hablar, escuchar, respirar y recordar todo lo que me han ido enseñando.

Hoy no había girasoles a ambos lados del camino a Navalón porque, el año y vez, quiso cebadas que ya están a buen recaudo dejando, huérfanas, rastrojeras que pintan de amarillo o color marfil al campo de un agosto, tan caprichoso, que uno no sabe a qué atenerse. Si al agosto de hace años, o [...]